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  COCHET      Grabador

grabado cochet el vagabundo.jpg

​

El vagabundo-Xilografia.

Cochet se retrata a si mismo personificando un vagabundo en los puentes de Paris.

Litografia

Le Repas-Paris S/F

Entre Paris yBarcelona

    1920- 1939

Santa Fe 1940-1960

Francoise Cochet- 1931

-Aguafuerte-Buril

Museo Nacional Bellas Artes

Buenos Aires.

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En nombre de la Kultura

Xilografia -Barcelona S/F

  Caprichos  

30 estampasal aguafuerte            1936/1938

"Mis caprichos, como .los de Calliot y Goya..." 

Con estas palabras, Cochet se sitúa en la tradición de Jacques Callot y Francisco de Goya. En su diario habla del maestro español como de un artista revolucionario en cuyo espejo « los artistas modernos todavía se miran ». Por los temas y la carga irónica de las leyendas, los Caprichos de Cochet remiten a dos series mayores del pintor aragonés: los Desastres de la guerra y, sobre todo, los Caprichos que inspiraron su título. A través de este acercamiento, método eficaz para acentuar su propósito de acusación, Cochet establece implícitamente un paralelismo entre la Guerra Civil y la guerra de la Independencia, ocurrida más de cien años atrás. Es un modo de legitimación no sólo estética sino también ideológica, al establecer filiación con la denuncia de Goya. La historia se repite, como hemos visto en la cita ; la historia es una y la misma, de ahí el carácter absoluto de la guerra.

Estas estampas no sólo registran momentos históricos, sino que tienen un carácter autobiográfico porque recogen lo que Cochet vio y oyó. Adquieren así el alcance documental que ya hemos señalado. Como lo haría un fotógrafo, el artista relata la cotidianidad en tiempos de guerra poniendo en relieve la valentía y compromiso del pueblo español, como en el grabado llamado ¡Qué corage ! donde una mujer se halla dispuesta a disparar su arma, mientras cubre a un hombre que, alcanzado por una bala, se arrastra con dificultad por el suelo. El tema y la puesta en escena de esta estampa remiten a la lámina número 7 de los Desastres de la guerra de Goya, donde de pie sobre los cadáveres de varios hombres, una mujer asesta un cañón. En ambas composiciones, la figura femenina encarna el valor y la razón – y no el desasosiego – ante el enemigo sugerido por las víctimas tendidas en el suelo.

Aquella personificación de una España fuerte y enérgica del principio de la guerra pasa a ser en esta estampa, ¡Arriba España !un ser con expresión grave y ropas desgarradas, atado y suspendido por una cuerda en lo alto de una torre. Por su título, este grabado es una evocación irónica del popular lema fascista. Cochet modifica su sentido al jugar con el doble significado del término « arriba », significando viva y arriba. Ciertamente España se hunde poco a poco en las manos de Franco, pero sigue siendo un país republicano que hay que atar para impedir que alce el puño en alto.

El estudio de estos grabados demuestra que los Caprichos de Gustavo Cochet constituyen claramente una memoria de la Guerra Civil española, porque nos transportan a la cotidianidad de los españoles durante el conflicto : las reuniones clandestinas, las explosiones en las calles, la ciudad devastada, los tiroteos, los refugios (con ancianos, enfermos, bebés), la salida al frente, el hambre sugerido por las largas filas o por los precios exorbitantes de los alimentos. Asimismo estas láminas nos acercan a las tensiones políticas presentes durante el conflicto : la sigla F.A.I., el saludo de los nacionalistas de derechas, el símbolo nazi.

Beatos y clérigos encarnan en varios grabados la institución que Cochet condena. Enunciada por la leyenda Matad, asesinad, destruid sin piedad en nombre de Dios y de la Patria ,otra estampa designa a quienes según Cochet son los responsables de los hechos. El contenido acusador de esta lámina viene dado tanto por el título como por la composición en sí misma. El clérigo, representante de la Iglesia, se yergue en el centro de la imagen ante un fondo claro de paisaje. Las líneas de su cuerpo se prolongan uniéndose a las de los dos soldados representados a sus pies, formando así una pirámide que parece aludir a la Trinidad cristiana. Este conjunto triangular está delimitado por el color negro ; sólo la mano del clérigo, haciendo el gesto de bendición, excede los límites del triángulo. Asimismo, todas las líneas creadas por los fusiles, los cuerpos de los hombres armados y los cuerpos sin vida, el estabilizador de los aviones, las colinas, convergen hacia el personaje central conviertiéndolo en el punto de fuga. Las líneas oblicuas de los árboles que encuadran la escena a ambos lados refuerzan en cambio el triángulo central. Las figuras humanas circunscritas en la mitad inferior del grabado enfatizan la imponente estatura del personaje central. La disposición en esta obra nos hace pensar que Cochet recurrió a la iconografía tradicional del Juicio Final, en la cual el Cristo juez tiene a los elegidos a su derecha y a los condenados a su izquierda. En la estampa de Cochet, el clérigo ocupa el lugar del Cristo en el centro de la composición. A su derecha está el pueblo representado por cadáveres y por un grupo de personas que agitan sus brazos expresando dolor ; a su izquierda figuran los militares y los aviones nazis. 

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Testimonio de las ejecuciones, la estampa titulada Fusilamientos , es una composición organizada en diagonal en la que un grupo de cinco hombres y una mujer esposados ocupan el primer plano. Con la cabeza erguida, avanzan a paso firme custodiados por dos oficiales vestidos con uniforme militar y cubiertos con el tricornio de la guardia civil. En el segundo plano tiene lugar un fusilamiento : cuatro guardias civiles apuntan a tres víctimas de pie delante de una pared que forma una línea oblicua. Los soldados del pelotón esperan la orden del oficial que los dirige. Éste, que identificamos a la izquierda del grupo por el sable levantado, aún no ha hecho el gesto de dejar caer el arma blanca para dar la señal de abrir fuego. Cerca de las víctimas yacen tres cuerpos sin vida. Adivinamos así el desafortunado final que espera a los personajes del primer plano. O bien, podemos interpretar que Cochet quiso representar una historia en dos tiempos, y que los seis personajes del primer plano son los mismos que aquéllos que aparecen en el segundo plano : tres personas ante el pelotón de ejecución y tres cadáveres tendidos en el suelo. En cualquier caso, el artista elige poner en escena los tres momentos del fusilamiento y denunciar abiertamente las represalias y las masacres de Franco.

Los fragmentos que acompañan las obras pertenecen a 

 KARP LUGO laura-

Los Caprichos de Gustavo Cochet

Memorias de la Guerra Civil -

AMNIS Revue d'etudes des sociétés et cultues Europe-Amerique

Luego del exilio de Cataluña,  Francisca, Fernando y Gustavo Cochet, como cientos de miles de familias de refugiados son alojados por los habitantes  de Collioure, un pueblo frances de pescadores cruzando los Pirineos. Cochet cuenta que vivieron en casa de un viejo pescador que se caracterizaba por ser un  habilidoso tejedor de redes.

En esa actitud, lo  retrata en un oleo  llamado "El pescador de Collioure." en 1939.

En Santa Fe, en 1942 realiaza éste junto a una serie de grabados de muchas de las obras al oleo de su periodo europeo,  perdidas en la huida.

En el metal  escrito en frances , la explicacion: "Peint en 1939 / gravée en 1942"

Poeta errante. Talla dulce - buril

Cochet se retrata en esta xilografia con su tipica boina negra, la pipa en la mano apoyada al mostrador, y  el vaso de vino en la otra mano, en  el boliche del pueblo. Observese apoyado en el piso a la derecha de la imagen, un cuadro,la valijita de madera donde lleva sus oleos y pinceles  y el atril plegable, volviendo quizá de una de sus salidas a pintar por Funes.

"El hijo prodigo" Ilustración de un poema de Jose Pedroni
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Ilustraciones del libro "DIARIO DE UNPINTOR"

EL GRABADO Historia y Tecnica

Gustavo cochet

Editorial POseidon-Bs As - 1943

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